Su nombre se debe a una pequeña, particular y endémica especie en peligro de extinción de nuestra patagonia: La ranita de darwin.
Los lúpulos cascade, simcoe, citra y summit hacen de las suyas en esta deliciosa receta. Sus tonos a mango, pino y mandarinas, más una base de maltas pale ale y caramelo, nos entregan esta cerveza cremosa, de amargor firme y llena de sabor, apta para paladares avezados.